Vosotras que lleváis tristes semblantes,
con ojos bajos que dolor demuestran,
¿de dónde venís que vuestro color
igual que el de piedad parece hecho?
¿Visteis a nuestra señora gentil
bañar de llanto a Amor en su semblante?
Decídmelo, que el pecho me lo dice,
porque solemnes caminar os veo.
Y si venís de compasión tan grande,
quedar os plazca un rato aquí conmigo,
sin ocultarme lo que ha sido de ella.
Veo que tienen llanto vuestros ojos,
y tan desfiguradas regresáis,
que de ver tánto el corazón me tiembla.
Dante Alighieri
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