Muerte vil, enemiga de piedad,
del dolor madre antigua,
pesarosa sentencia inexorable,
pues al pecho afligido has dado causa
por la que voy doliente,
la lengua se fatiga en maldecirte.
Y si de gracia desnudarte quiero
conviene que yo hable
de la injusticia de tu obrar injusto,
porque a la gente oculto no le sea,
mas para que te odie
quien de amor se alimente en adelante.
Del siglo has arrojado la nobleza
y lo que en una dama ha de apreciarse:
en juventud alegre
has destruido el amoroso encanto.
No quiero decir más qué mujer sea
sino por sus sabidas cualidades.
Quien salvación no gane
nunca espere tener su compañía.
Dante Alighieri
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