Una mora de Trípoli tenía
una perla rosada, una gran perla,
y la echó con desdén al mar un día:
«¡Siempre la misma!, ¡ya me cansa verla!»
Pocos años después, junto a la roca
de Trípoli... ¡la gente llora al verla!
Así le dice al mar la mora loca:
«¡Oh mar!, ¡oh mar!, ¡devuélveme mi perla!»
José Martí
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