Este poema (contra viento y marea) llevará mi firma.
Te doy seis sílabas sonoras,
una mirada que siempre lleva (como un pájaro herido) ternura,
una ansiedad de agua tibia y profunda,
una oficina oscura donde la única luz es la de estos versos míos,
un dedal muy usado para tus noches aburridas,
una fotografía de nuestros hijos.
La bala más hermosa de esta pistola que siempre me acompaña,
la memoria imborrable (siempre latente y profunda) de los niños
que, un día tú y yo concebimos,
y el pedazo de vida que me resta,
esto lo doy (convencido y feliz) a la Revolución.
Nada que pueda unirnos tendrá mayor poder.
Ernesto Guevara
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