Amor lleva en los ojos mi señora,
por lo cual ennoblece cuanto mira;
por donde pasa gíranse los hombres,
y a quien saluda hace temblarle el pecho,
tal que la vista baja y palidece,
por todos sus defectos suspirando:
ira y soberbia escapan ante ella.
Ayudadme a rendirle honor, oh damas.
Toda dulzura y pensamiento humilde
nace en el corazón de quien la escucha,
por ello a quien la vio primero alaban.
Lo que parece cuando se sonríe,
no puede ni expresarse ni entenderse,
tal es milagro nunca visto y noble.
Dante Alighieri
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