Si ves un monte de espumas,
es mi verso lo que ves:
mi verso es un monte, y es
un abanico de plumas.
Mi verso es como un
puñal
que por el puño echa flor:
mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde
claroy de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente
agrada:
mi verso, breve y sincero,
es del vigor del acero
con que se funde la espada.
José Martí
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