Cuando me vino el honor
de la tierra generosa,
no pensé en Blanca ni en Rosa
ni en lo grande del favor.
Pensé en el pobre artillero
que está en la tumba, callado:
pensé en mi padre, el soldado:
pensé en mi padre, el obrero.
Cuando llegó la pomposa
carta, en su noble cubierta,
pensé en la tumba desierta,
no pensé en Blanca ni en Rosa.
José Martí
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