A la mente me viene con frecuencia
la triste condición que Amor me otorga,
y la piedad me embarga, tal que a veces
digo: «¡Ay triste! ¿le ocurre a alguno esto?»;
que Amor me asalta subitáneamente,
tal que la vida casi me abandona:
vivo sólo un espíritu me queda,
y permanece, porque de vos habla.
Luego me esfuerzo, pues salvarme quiero,
y falta de valor, amortecido,
a veros vengo, creyendo curarme:
y si para mirar los ojos alzo,
un palpitar mi corazón sacude,
que hace partir el alma de los pulsos.
Dante Alighieri
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