Y ahora pregunto aquí: ¿quién es el último que habla,
el sepulturero o el Poeta?
¿He aprendido a decir: Belleza, Luz, Amor y Dios
para que me tapen la boca cuando muera,
con una paletada de tierra?
No.
He venido y estoy aquí,
me iré y volveré mil veces en el Viento
para crear mi gloria con mi llanto.
¡Eh, Muerte... escucha!
Yo soy el último que hablo:
El miedo y la ceguera de los hombres
han llenado de viento tu cráneo,
han henchido de orgullo tus huesos
y hasta el trono de un dios te han levantado.
Y eres necia y altiva
como un dictador totalitario.
Tiraste un día una gran línea negra
sobre el globo terráqueo;
te atrincheraste en los sepulcros y dijiste:
«Yo soy el límite de todo lo creado...
¡Atrás!
¡Atrás, seres humanos!...»
Y no eres más que un segador,
un esforzado segador... un buen criado.
Tu guadaña no es un cetro
sino una herramienta de trabajo.
En el gran ciclo,
en el gran engranaje solar y planetario,
tú eres el que corta la espiga,
y yo ahora... el grano,
el grano de la espiga que cae
bajo tu esfuerzo necesario.
Necesario... no para tu orgullo
sino para ver cómo logramos
entre todos
un pan dorado y blanco.
Desde tu filo iré al molino.
En el molino me morderán las piedras de basalto,
como dos perros a un mendigo
hasta quitarme los harapos.
Perderé la piel, la forma
y la memoria de todo mi pasado.
Desde el molino iré a la artesa.
En la artesa me amasarán, sudando,
y sin piedad
unos robustos brazos.
Y un día
escribirán en los libros sagrados:
El segundo hombre fue de masa cruda
como el primero fue de barro.
Luego entraré en el horno... en el infierno.
Del fuego saldré hecho ya pan blanco
y habrá pan para todos.
Podréis partir y repartir mi cuerpo en miles y millones de pedazos...
podréis hacer entonces con el Hombre
una hostia blanquísima... el pan ázimo
donde el Cristo se albergue.
Y otro día dirán en los libros sagrados:
El primer hombre
fue de barro,
el segundo de masa cruda
y el tercero de Pan y Luz.
Será un sábado
cuando se cumplan las grandes Escrituras...
Entre tanto, a trabajar con humildad y sin bravatas,
Segador Esforzado.
León Felipe
No hay comentarios:
Publicar un comentario