I
Tu alma se hallará sola
entre ideas sombrías de la lápida gris;
nadie, dentre la gente, espiará
en tu hora de secreto.
II
Guarda silencio en esa soledad
que no es aislamiento, pues entonces
espíritus de muertos que estuvieron
en vida antes que tú, vuelven a estar
en muerte en torno a ti, y su voluntad
te va a eclipsar: tú, quédate tranquilo.
III
Aunque clara, la noche ha de cerrarse
y de sus altos tronos en el cielo
no mirarán los astros hacia abajo
con luz como esperanza a los mortales dada;
pero sus rojos orbes, sin fulgor,
le van a parecer a tu fatiga
como ardores y fiebre
que a ti quisieran para siempre asirse.
IV
Ahora habrá pensamientos que no desterrarás
y visiones que nunca se desvanecerán;
de tu espíritu nunca más se irán,
cual se van de la hierba las gotas de rocío.
V
Está en calma la brisa -el aliento de Dios-
y sobre la colina la sombría
niebla -sombría, y sin embargo intacta-
es un símbolo y es una señal;
¡cómo sobre los árboles se cierne,
misterio de misterios!
Edgar Allan Poe
No hay comentarios:
Publicar un comentario