jueves, 2 de julio de 2015

¡Eh, tú, Diego Carrión!

-¡Eh, tú, Diego Carrión!,
¿qué insignia es esa
que llevas en el pecho?
-El haz de flechas señorial.
-¿Y tú, Pero Vermúez?
-La estrella redentora y proletaria.
Españoles,
«Dejémonos de burlas».
No es ésta ya la hora de la farsa.
«Vámonos poco a poco,
que en los nidos de antaño
no hay pájaros hogaño.
Yo fui loco
ya no estoy cuerdo.»
Nadie tiene aquí lágrimas...
¡pero tampoco risas!
Aquí no hay lágrimas
ni risas...
Aquí no hay más que polvo
¡Quitaos esas máscaras!
Nuestro símbolo es éste: el hacha.
Marcaos todos en la carne del costado
con un hierro encendido,
que os llegue hasta los huesos
el hacha destructora...
Todos,
Diego Carrión,
Pero Vermúez,
todos...
El hacha... es la divisa.
Y vamos a dormir,
a descansar en el polvo,
aquí,
en el polvo y para siempre.
No somos más que polvo.
Tú y yo y España
no somos más que polvo.
Polvo,
polvo,
polvo...
Nuestra es el hacha
el hacha y el desierto...
el desierto amarillo
donde descanse el hacha,
cuando no quede ya
ni una raíz
ni un pájaro
ni un recuerdo
ni un hombre...
España,
¿por qué has de ser tú madre de traidores
y engendrar siempre polvo rencoroso?
Si tu destino es éste,
¡que te derribe y te deshaga el hacha!

León Felipe

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