miércoles, 8 de julio de 2015

Canto a los míos:

Antes de España, ya estábamos los vascos
trabajando entre piedras, trabajados
-aizkora, aitzur, askon, aizto-
sufriendo y golpeando
para salvar las formas posibles de la nada,
para ser simplemente frente al inmenso caos,
para llorar espeso como suda la carne,
y alzarnos aún cuadrados,
no por naturaleza, sino porque luchando
nos hicimos quien somos tan santamente sanos.

Antes de España, ya estábamos los vascos
alzados, siempre alzados.

Dentro de España seguimos trabajando,
metiendo el hombro, callados.
No invoco aquellos nombres que ya están en la Historia,
ni a Elcano el de Guetaria, ni a Ignacio el de Loyola,
y olvido a secretarios
que un día fueron hombres de eficacia y de rango.
Yo nombro a los sin nombre,
nombro a los arrantzales y nombre a los ferrones,
nombro al oscuro vasco
que fue y volvió, callando; que insistió dando y dando.

Dentro de España seguimos trabajando
a pesar de los fracasos, por si acaso.

Ahora, patria, te llevamos.
Ya no somos castellanos. Somos más por españoles.
¡Castilla para turistas! ¡Castilla para extranjeros!
¡Planeta deshabitado! ¡Paraíso de los muertos
por donde se pasean los que buscan Museos!
Nosotros, vascos, queremos
y podemos dominar los inhóspitos silencios.
Nosotros, vascos, venimos con nuestro mar a lo muerto,
con nuestra risa jocunda y el esfuerzo cotidiano
a lo que en ti es sólo incercia.

Ahora, España, te llevamos.
Tú eres nuestra y por las buenas o las malas te violamos.

Gabriel Celaya

No hay comentarios:

Publicar un comentario