lunes, 6 de julio de 2015

El país de los sueños:

Por un camino oscuro y solitario,
frecuentado sólo por ángeles malos,
donde un ídolo cuyo nombre es Noche
en un negro trono reina erguido,
ha poco que a estas tierras he llegado
desde una sombría última Thule,
desde un clima extraño y fantasmal que se halla, sublime,
fuera del espacio, fuera del tiempo.

Valles sin fondo y ríos sin riberas,
y abismos, y cavernas, y titánicos bosques,
con formas que nadie puede descubrir
por las lágrimas que por doquier gotean;
montañas que eternamente se derrumban
y caen en mares sin costa;
mares que sin descanso ascienden,
encrespándose, hacia cielos de fuego;
lagos que extienden hasta el infinito
sus solitarias aguas, solitarias y muertas,
sus inmóviles aguas, inmóviles y heladas
con las nieves del indolente lirio.

Junto a los lagos que así extienden
sus solitarias aguas, solitarias y muertas,
sus inmóviles aguas, tristes y heladas
con las nieves del indolente lirio;
junto a las montañas, cerca del río
que murmura quedo, que siempre murmura;
junto a los bosques grises, junto a la ciénaga
donde acampan el sapo y el tritón;
junto a los lúgubres estanques y lagunas
donde habitan los ghules,
junto a cada lugar más impuro,
en cada rincón más melancólico,
allí el viajero encuentra horrorizado
recuerdos del pasado en un sudario envueltos,
formas amortajadas que se turban y suspiran
cuando pasan al lado del caminante,
formas con blancas vestes de amigos ha mucho entregados,
en agonía, a la tierra... y al cielo.

Para el corazón cuyas congojas son legión
es una región balsámica, llena de paz,
para el espíritu que camina en la sombra
esto es ¡oh, esto es un El Dorado!
Mas el viajero que viaja a través de ella
no la ve, quizá no se atreve a verla abiertamente;
nunca se exponen sus misterios
descubiertos a la débil vista humana;
así lo quiere su rey, que ha prohibido
que se alce ningún párpado con pestañas;
y así la triste alma que por allí pasa
la contempla sólo a través de cristales oscuros.

Por un camino oscuro y solitario
frecuentado sólo por ángeles malos,
donde un ídolo cuyo nombre es Noche
en un negro trono reina erguida,
ha poco que he vagado hasta mi casa
desde una sombría última Thule.

Edgar Allan Poe

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