El anillo está en mi mano
y la corona en mi frente;
satenes y nobles joyas
están todos a mis órdenes,
y ahora soy feliz.
Y mi señor bien me quiere;
mas, al susurrar su voto,
sentí agitarse mi seno,
pues sus palabras sonaron
como n toque de difuntos
y su voz parecía la de aquél
que en la lucha cayó, barranco abajo,
y auqe ahora es feliz.
Pero él me habló para calmarme,
y besó mi frente pálida, mientras
un ensueño se apoderó de mí,
hasta el cementerio me llevó,
y dije suspirando al que estaba ante mí
(creyéndolo el difunto D'Elormie):
"¡Oh, ahora soy feliz!"
Y así se pronunciaron las palabras,
y éste fue el voto jurado;
y, aunque se rompa mi fe,
y mi corazón se rompa,
¡aquí un anillo, prenda
de que ahora soy feliz!
¡Contemplad la prenda de oro:
prueba que ahora soy feliz!
¡Si Dios me permitiera despertar!
pues estoy soñando y no sé cómo,
y mi alma con pena está agitada
por temor a haber dado un mal paso,
por temor a que el muerto abandonado
no sea ahora feliz.
Edgar Allan Poe
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