Vivas llamitas juegan por los nuevos carbones,
y sus leves crujidos, sobre nuestro silencio,
son susurros de dioses domésticos que guardan
un imperio amoroso de fraternales almas.
Y mientras busco rimas dando vueltas al mundo,
vuestros ojos se fijan, como en poético sueño,
en el haber de cuentos, tan profundo y variado,
que compadece nuestro cuidado al fin del día.
Hoy es tu cumpleaños, Tom, y yo estoy contento
de ver que pasa así, suave y tranquilamente.
¡Ojalá muchas noches de suaves susurros
podamos pasar juntos, y con calma gustemos
los goces verdaderos -hasta que la gran voz
del alto rostro mande volar a nuestras almas!
John Keats
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