El mundo es demasiado para nosotros: siempre
recibiendo y gastando, disipamos las fuerzas;
en la naturaleza vemos muy poco que sea nuestro,
y hemos cedido nuestros míseros corazones.
Esta mar que desnuda su seno hacia la luna,
estos vientos que aullando pasan a todas horas
y ahora se amontonan como flores dormidas:
para eso, y para todo, no estamos entonados,
no nos mueve. ¡Gran Dios!, preferiría ser
un pagano crecido en una fe gastada,
para poder, erguido en estos prados suaves,
ver algo que me hiciera menos desamparado:
observer a Proteo saliendo de los mares,
oír su enguirnaldo cuerno al viejo Tritón.
William Wordsworth
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