sábado, 20 de junio de 2015

Para Lola:



Lola, la buena jardinera y hortelana,
para el Amado encuentra en su huerto la miel;
y le ofrece la rosa, el lirio y la manzana,
y le riega con agua de su amor el laurel.

Y, así, él anda loco del amor de la lira
y del amor de amar a la más adorada.
Por ella, canta, sueña, y se encanta, y delira
con un bajel de luz, a la vela en la rada.

Como ella está en su corazón, va su presencia
animando el brotar de las lises interiores,
y de rosas, que están suprimiendo la ausencia
por milagro sutil de las mágicas flores.

Y eco y perfume son una sola armonía
para el alma de Príncipe, que jamás está sola
que el ruiseñor de noche y la alondra en el día
le juntan cielo y tierra con éste nombre: ¡Lola!

Rubén Darío

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