Mi cuerpo sin tu cuerpo,
canal que un palo seco,
tendido en una sábana
de mármoles y desiertos.
¡Que triste un cuerpo solo!
Mi cuerpo sin el tuyo,
como un ojo sin otro,
brumoso rocío,
temblando siempre otoño.
¡Qué triste un cuerpo solo!
Miguel Hernández
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