martes, 23 de junio de 2015

Caminando hacia la libertad:

El trino de los pájaros
alegra los latidos del corazón
y en tranquila paz
trabajada co hierro de la paciencia,
con el suave ondular del orgulloso anhelo,
las raíces de la tierra
se fundieron en el vientre materno
con el remoto legado inmemorial.


¡Escucha!
¡Alerta!
Cargado de odio ensoberbecido de grandeza
el enemigo muestra desnudo
su espinazo bestial
enarcando el lomo de odio
la pequeñez que en ti imagina
le nubla la mirada.

Pero
el ensordecedor grito
desgarradas las gargantas
recorre ya
los entrañables senderos del euskaldun
levantados todos,
se han reunido los linajes
en los desfiladeros de Orreaga,
silban las hondas crueles
golpeando el cielo
hasta desbaratar las huestes del enemigo altivo.

Tiene astillas de roble
el anhelo de los vascos,
perdura firme e inconmovible
siempre adelante
como si fuera en alta mar
aún pasado el tiempo.

¡Ay, ene!
¡Ay, ene!
Aves siniestras de vientre asesino
han expulsado sobre Gernika su fuego maléfico
todo es rapiña
para hartar el hambre
niños sollozando,
hasta las llamas asustadas
ha reventado la corrosiva aridez
ayes y gritos dolorosos
se esparcen por doquier.

La guadaña segó vidas con pavorosa frialdad
aplastando al Pueblo Vasco
amarrándolo con grilletes serviles
la alegría se ausentó de los boscosos vergeles
el llanto y la tristeza ocuparon los rincones de la vida
se detuvieron los riachuelos
la niña de los ojos
y la respiración
tristes estaban los corazones
con pesares dolorosos.

Pero,
pero,
una vez más los montes se han cubierto con sangre de gudaris
sale a borbotones, sin parar,
ha renacido la tierra amada
y por sobre la primavera
mil ikurriñas firmes se han izado
el eco del griterío guerrero
ha estremecido el sirimiri del valle.

En busca de los colores perdidos
del arcoirisado amanecer
erguida la cabeza
sigue avanzando
sin desfallecer
se aferra a sus anhelos libertarios
el País Vasco
sin dar nunca su brazo a torcer.

Karlos Santisteban

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