Aquí estaba sentado, esperando, esperando —a nada.
Más allá del bien y del mal, pronto la luz clara
gozando, pronto la sombra, todo puro juego,
mar, y medio día, todo tiempo sin meta.
¡Y de repente, amiga! Uno se convirtió en dos—
y pasando delante de mí, Zaratustra se fue...
Friedrich Nietzsche
No hay comentarios:
Publicar un comentario