Hacia allá quiero ir, pues aún
confío en mí y en mis habilidades.
Abierta está la mar, por el azul
avanza mi nave genovesa.
Todo me brilla de nuevas;
el mediodía duerme sobre el espacio y el tiempo:
sólo tu ojo —enorme—
me está mirando, ¡infinito!
Friedrich Nietzsche
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