¡Tacto que amas y luchas y ciegas!
¡Tacto encapuchado y enfundado!
¡Tacto de finos colmillos puntiagudos!...,
¿no te dolió dejarme?
¡Al llegar, conocemos de donde partimos,
pagamos sin cesar una deuda perpetua
y la lluvia copiosa da frutos abundantes!
Al borde del camino prenden brotes vitales y prolíficos.
proyectos de paisajes masculinos, sazonados y augustos.
Walt Whitman
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