29 de Abril, 1949
No podré olvidar el té que bebimos en Yuehai,
los versos que me pediste en Yuzhou
cuando amarilleaban las hojas.
Treinta y un años, y he vuelto
a la antigua capital,
en la estación en que las flores marchitan
doy lectura a tus espléndidos versos.
Protegidos de las inquietudes
que atenazan el corazón,
conviene las cosas del mundo medir
con limpia mirada.
No digáis que el lago Kunming
tiene las aguas poco profundas,
para contemplar los peces
es mejor el río Fuchun.
Mao Tse-Tung
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