Por sobre la cima del monte Nube Blanca
quisieran alzarse las nubes,
al pie del monte Nube Blanca
gritan voces excitadas.
Árboles secos y ramas podridas
juntan sus esfuerzos.
Un bosque de fusiles se yergue.
Los generales volantes
se precipitan desde el cielo.
Trescientos cincuenta kilómetros
recorridos en quince días.
Verdiazul el agua del Gan,
verde-jade los montes de Min,
mil ejércitos aniquilados
como quien enrolla una estera.
Hay hombres que lloran:
¡Ay de mí! ¡De qué sirve
atrincherarse a cada paso!
Mao Tse-Tung
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