Los asesinados de la Ribera:

No se levantan los muros
con agua.
Con harina
no se construyen las casas.

A la sangre seca
no le pueden brotar gotas
no se le derraman.

No son sólo los legisladores y hombres
de armas quienes hacen historia

No sólo escriben la historia los
adinerados y poderosos.

Las rocas estructuran la tierra
y el esqueleto el cuerpo humano
los huesos viejos y desperdigados
huesos rotos y agujereados

nos anudan con el futuro
en el negro túnel de la libertad.

Sostén la luz en la mano
hasta que se te quemen los dedos
cierra fuerte el puño
levanta en la oscuridad un brillo
el de la lucha y la paz!

Cuando el humilde trabajador sin
tierra, escuchó la llamada por la
libertad

cuando con alegría notaron el
sabor de la esperanza de libertad,

entonces, entonces mismo el odio
y la envidia, la pasión, la cólera
y la injusticia, el mal corazón
y la maldad coronaron la crueldad
que nunca, en ningún sitio ni en
ningún tiempo fuera visto...

en su vergüenza tienen el castigo
y en vuestro recuerdo su pena
aquellos que decían que ni vergüenza,
ni castigo, ni pena... tenían

hundidos en su podrido orgullo
son ellos los que quisieran que fueran
olvidados hasta vuestros nombres

Exístiais en la Ribera, érais
y no fuisteis en balde...
y ahora mismo sois, existís
en el muro o en la casa
que son el futuro de nuestro pueblo.

La piedra cara-vista
se sostiene por la enterrada bajo tierra
y así como el árbol tiene su boca
en sus raíces

vuestro recuerdo sostiene la luz
hasta que se queman los dedos
firme!

Vuestra vida no fue baldía
con lágrimas levantaremos las casas
se construirán muros con pan
y vuestra sangre, humedecida

extenderá en las venas
de todos los hijos de Euskal Herria
la fuerza de la libertad!

Patxi Zabaleta