Yo creo
que en España hizo su "agosto"
el Dios que entre las sombras
bambolea;
el sayo negro
y la imagen farisea
de la pena circunscrita sobre el rostro.
Vírgenes de sangre vírgen
-a oleadas-
vomitaron sobre el pueblo
gentes ralas
y sembraron miedo y llanto,
penas hondas
que aún redoblan
en sus vuelos las campanas.
De las iglesias poderosas,
barbacanas,
ornadas por la cruz -crucificada-
cae la sangre a borbotones,
resbalando
por el musgo encanecido de sus muros.
Atrás, los cuerpos oscuros,
(Silencio...)
las lenguas de los muertos,
-acalladas-
invocan a un Dios justo
y aún persiguen
inútiles intentos de alborada.
Luz y Cruz con vocerío...
¡Vacío y NADA!
Parten de la Luz
contra la Luz
sobre el ángel de la noche
y de la espada...
rehuyendo la verdad
por lisa y llana.
España de la cruz y la deshonra.
España del dogma y la guadaña.
España del obispo y la miseria.
¡Ay de mi España!
Pablo González de Langarika
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