Creo en ti:
Porque nunca has negado
el agua de tu sed, porque acudes
con un amor de cántaro roto,
porque desvelas misterios
de siete candados, porque disuelves
contrarias estampidas de los
caballos de barro, porque coronas
la frente de los días olvidados,
porque proclamas la recta
a los torcidos clavos.
Porque eres canto sublime del hombre,
invicta oratoria,
agua primera
de los poetas
del mundo.
Luis Hernández Vera
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