sábado, 17 de octubre de 2015

«A estas almas inseguras»:

A estas almas inseguras
las detesto enconadamente.
Todo su honor es una tortura,
toda su alabanza, pesadumbre de sí y vergüenza.

Puesto que no me arrastro
por el siglo atado a su correo.
En su mirada dulcemente venenosa
me saluda desesperanzada envidia.

¡Ojalá tuvieran el valor de maldecirme
y despreciarme!
La búsqueda desvalida de estos ojos
se equivocará eternamente conmigo.

Friedrich Nietzsche

No hay comentarios:

Publicar un comentario