miércoles, 17 de junio de 2015

¡Oh lluvia!



¡Oh lluvia! ¡Oh vida!
Te esperé extraviado
en la esquina estética del poema,
cuando el verbo anochecía
en bohemias tintas,
rompiendo letras blancas del alba.
Salí a buscarte,
con mi curva paciencia de mil años,
cuando atisbó fresco
tu recuerdo en la memoria.
Corrí presto a tomarte entre mis manos,
como un buscador de perlas invictas
que canta llorando
los
hallazgos.

Luis Hernández Vera

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